La ruina de José Manuel Villarejo comenzó un año después de su jubilación. La Fiscalía Anticorrupción abrió una investigación secreta en abril de 2017 a raíz de la denuncia de un empresario que culminó en noviembre de ese año con la detención y posterior encarcelamiento del comisario.
¿Cómo estás?
Bueno, ya ves. Todavía no entiendo qué le he hecho yo a la gente.
Bueno, a esta señora [Sáenz de Santamaría].
Esta señora, que está obsesionada con que yo os estoy protegiendo a vosotros [a ella y a su marido, Ignacio López del Hierro], o yo qué sé. (…) Como si no hubiera otra cosa en este país que investigarme a mí. Me han mirado por activa y por pasiva.
Yo casi creo que es mejor para tu protección que hables conmigo a que hables con Ignacio [López del Hierro, su marido].
No, si yo lo he hecho para no quemarte a ti.
Ya, pero yo es que ya me fumo un puro.
No, no, si yo me acuerdo de que en pleno tal, quedábamos en público, y yo, encantado. Si yo lo que no quiero es molestarte. (…)
Yo le he dicho al presidente: “Si yo con este señor me voy a ver, a mí que no me dé el coñazo el CNI. Ni a él”. Todo eso que lo sepas, que lo sepas.
Baltasar Garzón me sigue diciendo: “Oye, la Fiscalía Anticorrupción sigue yendo a por ti, ten cuidado. ¿Por qué no llegas a un acuerdo con ellos?”. Pero a qué acuerdo voy a llegar… (…) En julio tú me dijiste: “He hablado con el tocayo de este chico”, con mi tocayo José Manuel [Maza, fiscal general del Estado], “y el tema está tranquilo y tal”. Pero por las razones que sean, o no le informan, o el tema ha seguido, ¿no? (…) Están hablando con los bancos míos, me están paralizando transferencias.
¿Pero comandados por quién?